El cuidado cariñoso y sensible como objetivo: avances en el desarrollo de la primera infancia en 2018

  • 18 junio 2018
  • 8 minutos de lectura
Foto: Vanessa Touzard/Fundación Bernard van Leer

Durante la asamblea de la Organización Mundial de la Salud celebrada en mayo, se ha lanzado el Marco para el Cuidado Cariñoso y Sensible, que tiene una relevancia crucial dentro de los constantes esfuerzos que se realizan por poner el foco en las necesidades de los niños pequeños y las familias. En pocas palabras, este llamamiento al cuidado cariñoso y sensible subraya que los niños pequeños necesitan atención receptiva, buena salud, nutrición adecuada, protección y seguridad, y oportunidades para el aprendizaje temprano. Todos estos elementos se basan en lo que sabemos desde hace años sobre la naturaleza del desarrollo infantil: que los aspectos físicos, socioemocionales y cognitivos están interrelacionados y son indivisibles, pues cada ámbito del desarrollo influye en el otro.

Este año también se celebra el vigésimo aniversario desde que se publicó el primer número de Early Childhood Matters, la versión en inglés de Espacio para la Infancia. En 1998, después de más de 80 ediciones de un boletín sobre los proyectos de la Fundación Bernard van Leer dirigido únicamente al personal interno, la Fundación empezó a editar una publicación más orientada al exterior, concebida principalmente para los profesionales del campo del desarrollo de la primera infancia (Van Gendt, 1998: 3–4).

Desde que se publicara aquel primer número, se ha avanzado mucho tanto en la ciencia del desarrollo infantil como en la sensibilización sobre la importancia de invertir en el mismo. Si bien ahora tenemos mucha más información sobre “por qué” es importante la primera infancia, seguimos buscando respuestas con respecto a “cómo” actuar. ¿Cómo garantizamos que los servicios y las políticas sean eficaces? Hace unas dos décadas que se debate esta cuestión.

En su artículo “Effectiveness: the state of the art” (1998: 8–11), el primero de Early Childhood Matters, Judith Evans expuso los elementos clave para lograr los máximos beneficios con un programa, y hoy esos principios siguen estando vigentes: aprovechar lo que ya existe, ser flexible, desarrollar los programas con las familias y teniendo en cuenta la comunidad en su conjunto, reflejar la diversidad, garantizar la equidad en el acceso a los servicios, controlar la calidad y buscar soluciones rentables. Además, la autora señalaba que, para que un programa fuese eficaz, tenía que adoptar un enfoque multidimensional que abarcase medidas en distintos ámbitos: sanidad, nutrición, educación y sociedad. Este tipo de estrategia global ha sido el elemento distintivo de los buenos programas desde la creación de Head Start en los años sesenta hasta el reciente lanzamiento del Marco para el Cuidado Cariñoso y Sensible. Ahora tenemos que ampliar la escala de estos conceptos, sobre todo en favor de los más pequeños en todo el mundo.

Ante este desafío, en esta edición damos voz a los líderes que defienden a la primera infancia y las familias; destacamos casos de diversos países en los que se está ampliando la escala de los servicios; recogemos ideas innovadoras y soluciones revolucionarias; y mostramos varios de los problemas existentes que aún hay que abordar.

Liderazgo

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, la ampliación de la escala no es algo que ocurra sin más: se necesita un liderazgo fuerte y decidido. Para nosotros es un gran honor iniciar la edición de 2018 de Espacio para la infancia con las palabras de grandes defensores de los niños pequeños.

Este número comienza con un artículo de Juan Manuel Santos Calderón, el presidente de Colombia y Premio Nobel de la Paz 2016, que ha demostrado su compromiso con los niños pequeños y las familias mediante la innovadora iniciativa De Cero a Siempre, un claro ejemplo de lo que puede hacer un país para fomentar la coordinación y la ampliación de la escala de los servicios orientados a la primera infancia. Después pasamos al director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, una figura fundamental en el campo de la primera infancia. El Dr. Tedros reflexiona sobre la importancia del cuidado cariñoso y sensible como elemento clave para mejorar el desarrollo y la salud de los niños, y nos recuerda los motivos por los que hay que centrarse en el desarrollo holístico: “Los niños necesitan el cuidadocariñoso y sensible para desarrollar sus capacidades innatas” (página 17).

Esta sección sobre liderazgo se completa con dos asuntos acuciantes relacionados entre sí: la crisis humanitaria que afecta a los niños inmersos en conflictos, y la importancia de prevenir la violencia durante la primera infancia. David Miliband, presidente y CEO del Comité Internacional de Rescate, junto con sus compañeras Sarah Smith y Katie Murphy, nos informa sobre la tragedia de los niños y las familias que viven en países en guerra o se ven obligados a emigrar, e insta a que se haga un mayor esfuerzo para satisfacer sus necesidades, un aspecto clave en toda respuesta humanitaria (páginas 22–7). Marta Santos Pais, representante especial del secretario general de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños, hace hincapié en la necesidad del cuidado cariñoso y sensible durante la primera infancia, así como el papel crucial que desempeña la prevención de la violencia (páginas 28–32). Estos dos artículos nos recuerdan la importancia de conectar los servicios para la primera infancia con la protección de los niños, empezando por los más pequeños.

Ampliar la cobertura

Con liderazgo se puede ampliar la cobertura. Comenzamos la sección con tres artículos que ilustran varias experiencias de implementación a gran escala en distintos lugares del mundo: Halim Antonio Girade nos habla de “Criança Feliz”, una iniciativa histórica para ampliar el alcance de los programas de visitas domiciliarias en Brasil (páginas 34–8); Karma Gayleg nos cuenta la experiencia de Bután, donde se combina el bienestar infantil y la felicidad interior bruta para promover servicios holísticos destinados a la primera infancia, con especial énfasis en la crianza (páginas 39–42); Katelin Gray, Matthew Frey y Debjeet Sen nos llevan a África con un análisis de la labor realizada por PATH para ampliar la escala de servicios que integran la nutrición y la crianza receptiva (páginas 43–7). Los tres artículos muestran iniciativas importantes en cuanto a la promoción del cuidado cariñoso y sensible.

De vuelta en América Latina, Leonardo Yánez y Cecilia Vaca Jones destacan lo que puede suponer para la región el Marco para el Cuidado Cariñoso y Sensible (páginas 48–50), y nos recuerdan la trayectoria y los avances logrados en este continente, que se encuentra en un momento crucial.

Junto con estos ejemplos procedentes de varios países y regiones, encontramos cuatro artículos que destacan la importancia de movilizar a nuevos defensores y construir elementos clave de la infraestructura, algo esencial para la eficacia de la implementación a gran escala. En primer lugar, Nana Taona Kuo (páginas 51–3) explica la labor de Every Women Every Child, un mecanismo clave para denunciar los problemas que afrontan los niños pequeños y sus familias, así como su relación con el desarrollo sostenible. En el ámbito de la investigación científica, Kate Milner, Pia Britto, Tarun Dua, Karlee Silver y Joy E. Lawn exponen las principales conclusiones a las que ha llegado “Saving Brains” y plantean cómo aplicarlas a las políticas (páginas 54–8). Terminamos la sección con dos necesidades relacionadas entre sí: disponer de financiación a largo plazo y que el personal cuente con la ayuda esencial para llevar a cabo su trabajo. Michelle Neuman y Mark Roland comparten lo aprendido sobre el personal que trabaja en programas para la primera infancia con las experiencias a gran escala de Perú, Sudáfrica y Ucrania (páginas 59–64). Christin McConnell nos informa sobre el nuevo papel que desempeña la Alianza Mundial para la Educación a la hora de fomentar que se invierta más en la primera infancia (páginas 65–7).

Innovación

Uno de los aspectos más apasionantes actualmente en el campo de la primera infancia, además de los esfuerzos por ampliar el alcance de los servicios, es el trabajo constante por innovar y dar con soluciones revolucionarias. Incluimos siete artículos sobre diversas innovaciones que están surgiendo en distintos lugares del mundo para responder tanto a las necesidades permanentes de los niños como a la evolución de las condiciones en que viven. Las ideas nuevas son especialmente cruciales en aquellos casos en que las familias afrontan nuevas dificultades y problemas acuciantes a los que hasta hace poco no se prestaba atención alguna.

Destacamos innovaciones logradas en tres ámbitos: la ayuda a las familias refugiadas y desplazadas, el apoyo a las familias con hijos discapacitados y la formación de personal sanitario para tratar la depresión materna. Ghassan Issa, Lara Aoudeh, Cosette Maalouf y Youssef Hajjar describen un modelo especialmente interesante, el programa de salud, aprendizaje temprano y protección para padres y madres (HEPPP) con el que se ayuda a los refugiados, a quienes han tenido que desplazarse dentro de su propio país y a las comunidades anfitrionas marginales de la región árabe (páginas 70–4). Erica Salomone, Brian Reichow, Laura Pacione, Stephanie Shire, Andy Shih y Chiara Servili explican cómo funciona un nuevo programa de formación que ayuda a los cuidadores de niños discapacitados (páginas 75–8). Por último, Shamsa Zafar se centra en un modelo paquistaní que apuesta por el uso de tecnología para formar a gran escala a los trabajadores sanitarios en el tratamiento de la depresión materna (páginas 79–82).

A continuación observamos una tendencia que está surgiendo en diversos lugares del mundo: en lugar de poner el foco en cada programa por separado, se pasa a prestar atención a los niños pequeños y las familias en múltiples programas ejecutados en una comunidad. Chris Cuthbert habla de “A Better Start” (ABS), un programa de diez años con el que la National Lottery invierte en cinco comunidades inglesas económicamente desfavorecidas (páginas 83–6). Patrin Watanatada describe Urban95, la revolucionaria iniciativa de la Fundación Bernard van Leer que apuesta por atender a las necesidades de los menores de 3 años en los planes de urbanismo en varias ciudades del mundo (páginas 87–92), y Daniella Ben-Attar expone el caso concreto de Tel Aviv, una de las ciudades que participan en el programa (páginas 93–6). En el último artículo de la sección, Jaap Seidell y Jutka Halberstadt nos recuerdan la importancia de la nutrición durante la primera infancia (páginas 97–100). Un ejemplo de lo que se está haciendo en Ámsterdam para abordar esta cuestión tan crucial también se incluye (páginas 100–3).

Panorámicas sobre temas de actualidad

En esta última sección, tratamos otros problemas que apremian a los niños pequeños y sus familias, como la contaminación y sus efectos en el desarrollo infantil, un tema cada vez más preocupante que aborda Philip J. Landrigan (páginas 106–8), o el imperativo fundamental para el acceso al agua, al saneamiento y a la higiene, un aspecto que presenta Amy Keegan (páginas 109–11).

Después señalamos dos iniciativas destacadas que afrontan en distintos lugares del mundo la cuestión del cuidado infantil en las familias que trabajan, un tema al que hasta ahora no se ha dedicado la suficiente atención. Carmen Niethammer y Roshika Singh hablan de cómo las empresas pueden marcar la diferencia colaborando con el cuidado infantil (páginas 112–13), mientras que Rachel Moussié destaca la labor de Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO), una importante organización que se centra en garantizar que los trabajadores pobres, en especial las mujeres de la economía informal, puedan ganarse la vida. Su artículo subraya la necesidad de servicios de cuidado infantil que tiene esta parte tan importante de la población activa (páginas 114–15).

Pasamos luego a abordar el tema de la evaluación, del que tanto se habla en el sector: Sara Poehlman, Amy Jo Dowd y Lauren Pisani explican cómo se está utilizando la Evaluación Internacional sobre Aprendizaje Temprano y Desarrollo (IDELA) para cambiar las prácticas y las políticas (páginas 116–18). Con el último artículo, viajamos al futuro. Sonja Giese habla de la conferencia “Think Future” y del trabajo de Innovation Edge para abrir nuevos caminos y pasar a la siguiente fase de la innovación (páginas 119–20).

Ahora que cerramos este número de nuestra revista y reflexionamos sobre los 20 años que han pasado desde que vio la luz en 1998, observamos los avances conseguidos, pero también los desafíos por afrontar. En todo el mundo están surgiendo iniciativas para ayudar a los niños pequeños y sus familias, pero aún queda mucho por hacer para garantizar que todos ellos reciban el cuidado cariñoso y sensible que necesitan y vivan en un entorno que apoye a las familias. Si bien los retos que nos esperan siguen siendo abrumadores, hay motivos para la esperanza.

Las referencias bibliográficas aparencen en la versión PDF del artículo.

Joan Lombardi Editora invitada, Espacio para la Infancia
Temas Liderazgo Servicios integrales

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