Nunca hasta ahora se había producido unos índices tan altos de desplazamientos: en febrero de 2019, había 68,5 millones de desplazados forzados en el mundo, de los cuales casi 25,4 millones eran refugiados, más de la mitad de los cuales tenían menos de 18 años (ACNUR, online). Se calcula que 87 millones de menores de 7 años han pasado toda su vida en zonas afectadas por conflictos (Red Internacional para la Educación en Situaciones de Emergencia, 2018). Sin embargo, la financiación humanitaria destinada a la educación (y, en especial, a los programas para la primera infancia) sigue siendo preocupantemente escasa. Así, iACT ha creado el programa Little Ripples (literalmente, “pequeñas ondas”) para responder a las necesidades de los niños pequeños afectados por emergencias humanitarias y crisis olvidadas.
La trayectoria de Little Ripples comienza con la labor de iACT en el Chad oriental, donde documentó la vida en los campos de refugiados darfuríes para estimular una acción de ayuda global. Cuando el equipo de iACT preguntó a los desplazados qué tipo de servicios necesitaban y deseaban más, la respuesta fue clara: los destinados a los niños pequeños. En consecuencia, durante los siguientes tres años, iACT colaboró con expertos y profesionales de los ámbitos del desarrollo infantil, el aprendizaje temprano, la recuperación posttraumática y el mindfulness, para elaborar los contenidos del programa Little Ripples.
Para probar el programa, iACT se alió con el Servicio Jesuita a Refugiados, que presta servicios de enseñanza primaria a los refugiados darfuríes en el Chad. En 2013, el equipo de iACT seleccionó y formó a 14 refugiadas y trabajó con las familias para preparar espacios domésticos que pudieran dedicarse a las actividades del programa, con el fin de evitar el coste de construir centros nuevos. Cada uno de estos espacios domiciliarios, que se denominaron “lagos”, funciona como aula para 45 niños de la zona y dos maestros. Ade más de proporcionar el personal docente y el material didáctico, iACT contribuyó a preparar un programa de comidas para que los pequeños también recibieran una ayuda nutricional.
Un año después de lanzar la fase piloto de Little Ripples en el Chad oriental, iACT llevó a cabo una evaluación de impacto creada en colaboración con el Centro de Encuestas de la Universidad de Wisconsin. Al formular a los niños y los cuidadores preguntas concebidas para cuantificar el aprendizaje y el desarrollo socioemocional de los pequeños, se constató que habían mejorado mucho en cuanto al logro de hitos educativos (como la capacidad de nombrar los colores, contar, reconocer animales y recitar el alfabeto); se mostraban menos violentos tanto con los adultos como con sus compañeros (por ejemplo, se redujeron los casos de patadas, mordiscos y golpes) ; mostraban comportamientos emocionales más positivos (estaban más contentos y tranquilos); y se lavaban las manos antes y después de las comidas con más frecuencia que antes. Además, según las respuestas de los cuida dores, los niños cantaban en casa, hablaban de lo que hacían en el programa Little Ripples y tenían ganas de ir a clase cada día.
Teniendo en cuenta estas conclusiones, iACT perfeccionó y reforzó el currículo de Little Ripples y buscó financiación para seguir adelante con el programa y ampliar su escala.
Un enfoque adaptable que combina actividades lúdicas y mindfulness
El currículo de Little Ripples se ha diseñado en especial para su uso en contextos difíciles y con pocos recursos, con niños de entre 3 y 5 años afectados por traumas, desplazamientos y otros problemas complejos. Ayuda a los cuidadores y maestros (independientemente de su experiencia y nivel de formación) a realizar actividades de aprendizaje lúdicas que fomenten el desarrollo socioemocional, usando técnicas de gestión del comportamiento en positivo. Se ha concebido para que se pueda adaptar a cualquier contexto e integrar en los planes de estudios académicos o preescolares ya existentes. De hecho, se anima a los docentes a ponerlo en práctica con actividades, cuentos, música y juegos que sean pertinentes para la cultura, el idioma y el contexto de los alumnos.
“El currículo de Little Ripples orienta a los educadores infantiles y a cuidadores a realizar actividades de aprendizaje lúdicas.”
El aprendizaje lúdico es un aspecto clave del programa, pues cada vez está más demostrado que existe una correlación entre el juego y el desarrollo en ámbitos como la adquisición de competencias lingüísticas y matemáticas, las funciones ejecutivas, la capacidad espacial, el pensamiento científico y la madurez socioemocional (Hassinger-Das y otros, 2017). Como en muchas culturas el sistema pedagógico lúdico no se considera aceptable, Little Ripples apuesta por formar a los docentes para que comprendan los efectos positivos que tiene en el desarrollo y el aprendizaje futuro de los niños.
El currículo incorpora elementos de mindfulness, un estado de la mente que se puede alcanzar mediante prácticas como la meditación, la respiración lenta, el movimiento intencionado o la visualización mental del cuerpo, y que puede ayudar a los niños refugiados a:
- encontrar estabilidad y confort en un contexto caótico
- cultivar la paz interior como mecanismo de defensa y forma de resiliencia
- adquirir funciones ejecutivas y capacidad de autocontrol, y
- aprender prácticas que les resultarán útiles también en la adolescencia y la edad adulta.
En las aulas de Little Ripples, el mindfulness no se practica por separado, sino que está integrado en las actividades cotidianas. Por ejemplo, en los corros que se forman al empezar y terminar las clases, o en ciertos momentos del día, si el docente considera que los pequeños necesitan un ejercicio que los tranquilice.
Efectos positivos
A finales de 2018, Plan International (la contraparte de iACT que se ocupa de la ejecución en Tanzania) analizó el impacto con evaluaciones individuales del aprendizaje, encuestas y debates en grupo con estudiantes, padres y maestros. Después de cuatro meses de participación en el programa, aproximadamente el 90% de los estudiantes de Little Ripples superaron la evaluación académica. Los padres y docentes comentaron que habían observado mejoras en el comportamiento, la actitud y las competencias cognitivas de los estudiantes, tanto dentro como fuera del aula, mientras que los niños decían que les gustaba ir a clase y que allí se sentían a salvo. Disfrutaban en especial las actividades de mindfulness, que según los maestros resultaban útiles para la gestión del aula.
Se han observado resultados similares en las evaluaciones realizadas durante los últimos dos años en el Chad oriental, donde se han obtenido efectos positivos tanto en los maestros como en los niños de la comunidad darfurí. La mayoría de los cuidadores han observado un aumento en la capacidad de los pequeños de ser independientes, compartir los juguetes y relacionarse con los demás. En palabras de uno de los docentes:
El nuevo método que nos han enseñado para tratar con los niños de forma positiva ha hecho que los alumnos cambien. Lo que hemos aprendido es totalmente nuevo para nosotros. [Antes, los estudiantes] no me llamaban por mi nombre, no me apreciaban ni me escuchaban. Ahora hemos aprendido a hablar con los niños con tranquilidad y situándonos a su altura. Cuando me ven fuera de la escuela, me llaman emocionados; ahora me escuchan y vienen a clase cada día más contentos.
Con vistas al futuro
Durante los últimos cinco años, Little Ripples se ha extendido en cuatro campos de refugiados del Chad oriental, llegando a 3000 niños darfuríe s y formado a un total de 97 maestros refugiados. Asimismo, se ha adaptado y llevado a cabo con refugiados centroafricanos en Camerún y refugiados burundeses en Tanzania: en total, se han beneficiado de la intervención 51 maestros y más de 7000 niños. En 2019, iACT lanzará el programa en Grecia, y estudiará más posibilidades de colaboración en otros contextos de crisis.
El equipo de iACT seguirá trabajando con expertos en aprendizaje temprano para garantizar que el currículo de Little Ripples incorpore lo s métodos más actuales, y seguirá documentando los efectos positivos del programa para demostrar a los donantes, las agencias humanitarias y los profesionales que trabajan sobre el terreno que hay que seguir apoyando, probando y estudiando iniciativas innovadoras en el campo de la educación temprana con niños pequeños en situaciones de emergencia y en campos de refugiados de larga duración.
Las referencias bibliográficas aparencen en la versión PDF del artículo.