CanalCanoa: fortaleciendo los valores indígenas para mejorar el desarrollo infantil temprano

  • 5 noviembre 2020
  • 6 minutos de lectura

Lectura rápida

  • Las películas de CanalCanoa muestran canciones, cuentos y prácticas de crianza de los pueblos indígenas.
  • En las comunidades que debaten sobre el contenido de las películas, mejora el desarrollo de los niños.
  • Un efecto inesperado de la iniciativa es el fortalecimiento de las redes de apoyo social de los cuidadores.
Sandriele Silva (Tukano) records stories for children Sandriele Silva (Tukano) records stories for children. Credits: Kurt Shaw.

En una casa de madera de un barrio pobre de São Gabriel da Cachoeira, una de las localidades más remotas de la Amazonia brasileña, 15 mujeres indígenas se reunieron para una sesión de visionado de cortometrajes con debate. Mientras tanto, los niños mayores jugaban en la calle y los más pequeños estaban en el regazo de sus madres.

“Es cierto lo que dice esa mujer tukano –afirma una–. Cuando vivíamos en la selva, teníamos alimentos muy sanos para los niños. Pescado, mandioca, ¡muchísima fruta! Y aquí en la ciudad, ¿qué comen? Patatas fritas y refrescos. A veces, pollo, arroz y alubias.”

“Y no es solo la nutrición, también se pierde la cultura” –añade una abuela.

Una mujer organizó un encuentro para contar a las demás cómo había convertido su pequeño patio en un huerto. Otra le dijo a una amiga: “Lívia, estoy muy preocupada por el colegio. Ya sabes lo que comen allí…”.

Lívia lo sabía bien: no solo tenía dos hijos pequeños, sino que además trabajaba en el departamento gubernamental encargado de los almuerzos escolares. Aquella conversación la animó a actuar. Analizó normativas federales en favor de los productores locales, buscó cooperativas rurales indígenas de la zona, evaluó su capacidad de producir y distribuir sus productos y les enseñó a realizar los trámites necesarios para conseguir contratos gubernamentales. Hoy los niños de São Gabriel comen alimentos locales en sus almuerzos y meriendas.

Hace cuatro años, cuando la ONG brasileña Usina da Imaginação (Shine a Light) fundó CanalCanoa, la idea era que los indígenas documentasen en medios digitales sus canciones, cuentos y prácticas de crianza. A partir de 2016, un equipo de educadores indígenas se dedicó a mostrar las películas resultantes a decenas de grupos pequeños, para fomentar el debate, la reflexión y la acción cultural en favor de la primera infancia. Estas ajuris de conhecimento (podríamos traducirlo como “construcciones colectivas de conocimiento”) funcionan como una especie de formación cultural en vídeo que permite a grupos étnicos y comunidades más grandes verse reflejados en la pantalla para evaluar y adaptar su forma de criar a los niños. Participaron en el proyecto unos 1186 adultos y 1148 niños, a los que se suman 44 000 personas que se beneficiaron indirectamente gracias al fortalecimiento de las redes, a la difusión de películas y al impacto cultural.

La cultura amazónica es pragmática. En los pueblos tradicionales, toda la comunidad se reúne a primera hora de la mañana para hablar de los asuntos del momento (la escasez de pescado o caza, una propuesta para preparar un nuevo campo de mandioca, los daños provocados por una manada de pecaríes…) e idear estrategias colectivas. Las ajuris tuvieron la misma función: brindaban un espacio para que los padres de la zona se reuniesen a reflexionar sobre la crianza de los niños y buscar soluciones a los problemas más habituales. Los resultados del proyecto llegaron mucho más allá que la propuesta original, pues se abordaron decenas de temas importantes para los padres y abuelos indígenas.

El trabajo de Lívia en cuanto a los almuerzos escolares es solo un ejemplo de los muchos resultados logrados en la práctica. Otros grupos construyeron nuevas malocas (un tipo de espacio habitable comunitario), idearon proyectos de pesca y piscicultura colectivas, compartieron campos para aumentar el rendimiento de la cosecha, formaron tres nuevos grupos de teatro de niños, documentaron decenas de cuentos infantiles tradicionales y técnicas pediátricas propias de los indígenas, y crearon diversos colectivos nuevos de cuidado infantil.

Los valores de los indígenas se alían con la ciencia del desarrollo infantil

Mediante una serie de entrevistas con los participantes de 31 de las 32 ajuris, evaluamos el proyecto desde un punto de vista cuantitativo, según criterios resultantes de combinar la ciencia del desarrollo de la primera infancia con los valores de los indígenas. Los resultados son apasionantes.

“Después de participar en siete ajuris , varios padres y abuelos aumentaron drásticamente la estimulación multilingüe de los bebés y niños pequeños.”

1. Adquisición del lenguaje. La región superior de Río Negro (donde se encuentra São Gabriel) se caracteriza por una riqueza lingüística extraordinaria, pues cuenta con 27 grupos étnicos que hablan 22 idiomas (Lasmar, 2005). En muchos grupos (como los tukano, arahuacos y ciertos baríes), es obligatorio el matrimonio entre personas con lenguas maternas diferentes, así que los niños hablan al menos dos idiomas, y muchas veces hasta cuatro o cinco. Se ha demostrado que el multilingüismo nativo fomenta la conciencia metalingüística, la flexibilidad cognitiva y las funciones ejecutivas (Centro del Niño en Desarrollo, 2016). Por desgracia, conforme las familias emigran de las zonas rurales a las ciudades y los pequeños se van integrando en el sistema escolar, cada vez menos niños hablan lenguas indígenas, aunque muchos las siguen entendiendo.

Después de participar en siete ajuris, varios padres y abuelos aumentaron drásticamente la estimulación multilingüe de los bebés y niños pequeños. Todos los entrevistados aseguraban haber cambiado la forma de interactuar lingüísticamente con sus hijos y nietos, cuatro quintos habían empezado a hablar más con los niños en sus idiomas nativos y tres quintos ahora les contaban más cuentos. En el 30% de los grupos, los padres y abuelos cantaban con más frecuencia a los niños, y en otro 30% los niños habían empezado a pedir cuentos y canciones y a transmitírselos ellos mismos a sus amigos, hermanos y primos.

2. Salud y nutrición. En el 56% de las ajuris urbanas, los participantes empezaron a cosechar sus propios alimentos en casa. Tres quintos de los entrevistados declararon haber aprendido a combinar la medicina tradicional y la occidental. En el 70% de las ajuris, los participantes empezaron a usar más remedios caseros y naturales. En más de la mitad de los grupos, las mujeres mayores comenzaron a vender o distribuir preparaciones de herboristería. El proceso también sirvió para volver a despertar el interés de los chamanes tradicionales por la primera infancia. Dos grupos se animaron a documentar sus conocimientos de herboristería y dos jóvenes decidieron estudiar chamanismo.

Fortalecimiento de las redes de apoyo social

De todas formas, lo más importante no son estos resultados prácticos en sí, sino que los encuentros sirvieron para mejorar las redes de apoyo social. Cuando las familias emigran de los pueblos a las ciudades, pierden las fuertes redes de apoyo intergeneracional necesarias para la crianza de los niños. Al brindar ocasiones de reunión para padres y abuelos (muchas veces junto con chamanes, matronas, enfermeras y agentes de la sanidad pública), CanalCanoa volvió a crear esta red de seguridad social informal.

Ni siquiera habíamos previsto documentar este resultado, pero todos y cada uno de los entrevistados mencionaron su importancia espontáneamente: más de tres cuartos aseguraron que respetaban más los conocimientos de los mayores, mientras que más de dos tercios señalaron que el diálogo con los jóvenes había mejorado. Los participantes de mayor edad comentaron que, después de las ajuris, las nuevas generaciones aceptaban mejor las técnicas de cuidado infantil tradicionales. Los jóvenes, por su parte, se sentían más respetados, les costaba menos pedir consejo y ayuda a sus padres, abuelos y tíos, y entendían mejor lo que les recomendaban estos. Asimismo, los parientes y vecinos participaban más en el cuidado de los niños. Esta red de apoyo reducía el estrés tóxico tan habitual en la vida de las familias indígenas que viven en las ciudades.

Ante estos resultados, es imprescindible seguir observando las consecuencias a largo plazo de la intervención. ¿Ha fomentado un cambio cultural? ¿Los participantes seguirán transmitiendo estas prácticas a sus semejantes? Si se realizasen estudios directamente con niños, se podría comprobar si Río Negro (un contexto muy poco habitual en la investigación sobre el desarrollo de la primera infancia) confirma las conclusiones de otras experiencias que conectan la enseñanza lingüística, la nutrición, las redes de ayuda y la reducción del estrés con la mejora del desarrollo. A pesar de las salvedades, estamos convencidos de que el modelo de CanalCanoa es un instrumento útil para las ONG y las políticas públicas que aspiren a mejorar el contexto del cuidado de los niños pequeños indígenas.

Se pueden consultar referencias en la versión en PDF del artículo.

Kurt Shaw Codirector ejecutivo, Usina da Imaginação (Shine a Light), Florianópolis, Brasil
Rita de Cácia Oenning da Silva Codirectora ejecutiva, Usina da Imaginação (Shine a Light), Florianópolis, Brasil
Temas Aprendizaje Crianza Educación Investigación Monitoreo y evaluación Niños

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