Cómo me convertí en madre activista

El poder de los padres y las madres en la organización climática

  • 25 noviembre 2021
  • 7 minutos de lectura
Foto: Cortesía de Maya Mailer

Un viernes por la mañana de este año, cuando normalmente habría estado despachando los correos del trabajo y haciendo la compra para el fin de semana, me encontraba bajo la lluvia torrencial a las puertas de Lloyd’s of London, una de las mayores aseguradoras del mundo para los combustibles fósiles.

Me acompañaban otras madres junto con sus hijos, entre los que se encontraba mi peque de 3 años. Llevábamos objetos enormes que habíamos tardado meses en preparar, como cochecitos de tres metros de altura con planetas hechos de papel maché y una tarjeta gigante para el día del padre dirigida al presidente de Lloyd’s, Bruce Carnegie-Brown.

Estábamos allí para transmitir un mensaje importantísimo y muy sentido a Carnegie-Brown, que tiene cuatro hijos: “Haga lo correcto para nuestra descendencia, deje de invertir en combustibles fósiles”.

Al mismo tiempo, miles de padres y madres de nuestra red global en defensa del clima (que va desde Argentina hasta Australia, pasando por Alemania y Nigeria) enviaban al presidente de Lloyd’s tarjetas electrónicas ilustradas por Twitter, haciéndose eco de nuestro llamamiento.

Mientras cantábamos y gritábamos bajo la lluvia ante el imponente edificio de Lloyd’s of London, con la manita de mi hijo en la mía, sentí un escalofrío. Me di cuenta de la fuerza que podemos tener las madres al luchar por nuestros hijos y por su derecho a vivir en un planeta saludable.

Tras esta acción, se habló de nuestra causa en medios de comunicación influyentes y tuvimos la oportunidad de reunirnos con altos cargos de Lloyd’s, que nos comunicaron que nuestra iniciativa estaba surtiendo efecto y nos aseguraron que tanto Carnegie-Brown como ellos mismos habían tenido que responder preguntas de sus propios hijos sobre la crisis climática.

La toma de conciencia sobre la crisis climática

Me sumé al activismo de las madres por el clima hace tres años. Como trabajadora humanitaria y defensora de los derechos humanos, he conocido a campesinos de Sudán del Sur que tenían que lidiar con patrones meteorológicos cada vez más imprevisibles, pero la crisis climática parecía un problema secundario en comparación con el conflicto bélico que atravesaban. Aún no me había dado cuenta de que el desastre climático podría echar por tierra los logros en materia de derechos humanos.

Mi toma de conciencia se debió a un cúmulo de factores: la ola de manifestaciones de jóvenes, las audaces protestas de Extinction Rebellion y las preguntas de mis hijas, de 5 y 7 años, al regresar del colegio: ¿Por qué cada vez hace más calor en el mundo? ¿Por qué se extinguen tantos animales como pasó con los dinosaurios? Si el Ártico se está derritiendo por culpa de la contaminación de los coches, ¿por qué seguimos usándolos?

Entonces, por casualidad, conocí a unas mujeres que estaban organizando una protesta de madres contra el cambio climático. Rápidamente me sumé a un equipo de voluntarias para organizar la marcha por el clima que tendría lugar el día de la madre en el centro de Londres. Queríamos expresar nuestra solidaridad con los y las jóvenes manifestantes y, al mismo tiempo, crear un espacio seguro para las familias con niños más pequeños. Pese a que no teníamos presupuesto, acudieron a la manifestación unas 3000 personas (la mayoría de ellas con bebés y niños y niñas pequeños), muchas de las cuales participaban por primera vez en una protesta de este tipo.

El evento tuvo cobertura en los medios de comunicación de todo el mundo y constituyó el inicio de Mothers Rise Up, una red de madres voluntarias de Reino Unido. Pronto nos aliamos con Parents For Future UK y con otros grupos de padres y madres activistas climáticos de Reino Unido y de todo el mundo.

‘Me di cuenta de la fuerza que podemos tener las madres al luchar por nuestros hijos y por su derecho a vivir en un planeta saludable.’

El movimiento de padres y madres por el clima

En los últimos cinco años, el movimiento de padres y madres por el clima ha crecido de forma exponencial, con dos redes hermanas (Parents for Future Global y Our Kids’ Climate) que reúnen a unos 60 grupos de más de 20 países. Incluso hay varios colectivos de abuelas. Aunque el movimiento es heterogéneo, compartimos varios objetivos y métodos:

  • Apelamos directamente a los responsables de las políticas en calidad de madres y abuelas (por ejemplo, mediante el desarrollo de campañas estratégicas dirigidas a los gobiernos y a la industria de los combustibles fósiles).
  • Expresamos la voz moral y emocional de los padres y madres como protectores de la próxima generación para crear una solidaridad intergeneracional.
  • Ilustramos la conexión entre la contaminación atmosférica, la salud infantil y el cambio climático.
  • Subrayamos el modo en que afecta la crisis climática a las familias que han contribuido menos a las emisiones de carbono a lo largo de la historia.
  • Utilizamos la narración, el arte, el envío de cartas y la naturaleza para inspirar e implicar a los padres y madres, al colectivo docente y a la primera infancia.
  • Damos voz a los más pequeños y orientamos a los padres y madres sobre cómo hablar del clima con sinceridad pero de formas adecuadas según la edad.

Foto: Maya Mailer

El movimiento de los padres y madres por el clima tiene un potencial enorme. Estamos presentes en todas partes: en los órganos directivos, los gobiernos, las fábricas, las escuelas y las cabinas electorales. Además, también he comprobado lo útil que puede ser simplemente charlar a la puerta de la escuela para normalizar el debate sobre el clima. Se puede inspirar a los padres y, sobre todo, a las madres para que firmen peticiones, compartan publicaciones en las redes sociales, hablen con los responsables de las políticas locales y participen en acciones por el clima.

 

‘Estamos presentes en todas partes: en los órganos directivos, los gobiernos, las fábricas,
las escuelas y las cabinas electorales.’

Aunque el hecho de tener hijos no crea necesariamente una identidad unificadora, se está comprobando que el activismo contra el cambio climático liderado por las madres tiene una resonancia que va más allá de las fronteras ideológicas. Según varios estudios realizados por grupos como More in Common y Climate Outreach, hay conceptos que llegan a distintos segmentos de la sociedad británica: la protección de la infancia, el acceso de los niños y las niñas al contacto con la naturaleza y un sentido del deber intergeneracional (Wang y otros, 2020).

Si bien cada vez se suman más hombres, el movimiento de padres y madres por el clima está liderado en todo el mundo principalmente por mujeres, las cuales suelen trabajar a tiempo completo y participar en reuniones por Zoom a altas horas de la noche. Luchan contra el cambio climático en sus lugares de trabajo y arrastran a sus hijos e hijas a las manifestaciones. Algunas incluso abandonan su trabajo para poner en marcha campañas y redes por el clima.

El carácter voluntario y desorganizado de este trabajo conlleva ciertas ventajas: tenemos una voz auténtica y un alcance local que a las organizaciones sin fines de lucro no les resulta nada fácil conseguir. La mayoría de nosotras no nos hemos conocido en persona, pero nos sentimos unidas por lazos auténticos de amistad y solidaridad, que hemos forjado con incontables campañas y mensajes de WhatsApp.

Pero la financiación es un problema crónico, junto con el agotamiento de las voluntarias. Unos cuantos colectivos de padres y madres por el clima son ONG nacionales con personal remunerado, pero la mayoría de las activistas no reciben ninguna compensación económica y tienen que compaginar sus acciones con el trabajo y la crianza, a lo que se suman los confinamientos y los cierres de colegios.

Ahora está llegando financiación que hacía mucha falta. Por ejemplo, Our Kids’ Climate y Parents For Future Global han creado un programa para apoyar a los padres y madres activistas de todo el mundo, financiado por Equation Campaign, UMI Fund y NorthLight Foundation. Además, estamos aprendiendo a colaborar mejor con los grupos ya existentes. La acción dirigida a Lloyd’s of London la coordinamos con InsureOurFuture, una organización que trata de convencer a las aseguradoras de que dejen de colaborar con la industria de los combustibles fósiles.

A pesar de las dificultades, seguiré adelante, junto con miles de activistas más que abogan por una transición justa que lleve a la sustitución de los combustibles fósiles por fuentes de energía limpia y por un futuro más seguro, justo y luminoso para las próximas generaciones. Estos días, cuando mis hijas llegan del colegio y me preguntan por el último incendio o el nuevo récord de temperaturas, al menos puedo decir: “Estoy intentando, con muchas más madres, protegerles a ustedes y a nuestro preciado planeta”.

Puede encontrar todas las referencias bibliográficas en la versión PDF del artículo.

Maya Mailer Líder de campaña Our Kids’ Climate; Organiser, Mothers Rise Up

Londres, Reino Unido

Temas Crianza Liderazgo Medio ambiente Niños Políticas

Inscríbase para estar al tanto de próximas ediciones

    Por favor, rellene la siguiente información. Campos obligatorios (*)

    Señale sus áreas de interés:

    See how we use your personal data by reading our privacy statement.

    Cuéntenos sobre usted

    Esta información ser recaba con la única finalidad de realizar análisis. No será utilizada para envíos de correos electrónicos al menos que usted lo requiera expresamente.

      See how we use your personal data by reading our privacy statement.

      Disfruta leyendo

      Muchas gracias por descargar Espacio para la Infancia

      Descargar