Primeros pasos para fomentar el hábito de la lectura en Jaffa

Jaffa Reads integra el enfoque conductual para responder a las necesidades de las familias árabes de Tel Aviv

  • 29 marzo 2023
  • 6 minutos de lectura
Foto: Cortesía de Talia Kadosh/municipio de Tel Aviv-Yafo

Jaffa Reads es un programa liderado por la iniciativa Urban95 en Tel Aviv y el municipio de Tel Aviv-Yafo (Israel) que trata de fomentar la lectura con las niñas y los niños pequeños en las familias de habla árabe de Jaffa. Tras una intervención con 90 familias, se ha observado que es importante trabajar con la comunidad durante la planificación y a lo largo del proyecto. Esto ayuda a comprender los obstáculos específicos del contexto a las que se enfrentan los padres y las madres, como base para aplicar los conocimientos de las ciencias del comportamiento.

Jaffa es una antigua ciudad portuaria que forma parte del municipio de Tel Aviv-Yafo («Yafo» es la versión hebrea de Jaffa). El 40% de la población urbana es árabe, una proporción mucho mayor que la del municipio en su conjunto. Sabemos que en esta gran comunidad se tiende a desconfiar del gobierno municipal y a no participar en las actividades que organizamos.

Gran parte de la población árabe de Jaffa afronta obstáculos socioeconómicos considerables y muchas familias son numerosas. A los padres y las madres les resulta difícil encontrar tiempo o dedicar recursos a actividades dirigidas solo a un público infantil de una franja de edad concreta. Aproximadamente la mitad de los niños y las niñas menores de 3 años no asisten a ningún centro de enseñanza temprana formal. Además, en general la comunidad no es muy consciente de la importancia de la educación a esta edad tan temprana.

Los padres y las madres árabes de Jaffa hablan árabe en casa, pero en muchos casos no saben leer árabe estándar moderno, pues han aprendido a leer en hebreo. Además, hay muy pocos libros en árabe adecuados para estas edades. En consecuencia, en estas familias es menos probable que se lea a los niños y las niñas, y la probabilidad de que estos sufran retrasos en el desarrollo lingüístico es 2,5 veces mayor que en el conjunto de Tel Aviv.

“Para convertir la lectura en un hábito, empezamos por crear un programa para ayudar a las familias a leer con más frecuencia en casa con las niñas y los niños pequeños”.

Para convertir la lectura en un hábito, empezamos por crear un programa para ayudar a las familias a leer con más frecuencia en casa con las niñas y los niños pequeños. Colaboramos con consultores estratégicos de Q Behavioral Thinking, el Departamento de la comunidad de Jaffa, el CET y Al Qasemi Academic College para diseñar una intervención basada en el comportamiento y supervisar sus resultados.

Talleres, motivación y un sentimiento de comunidad

Participaron en el proyecto 90 familias con niños y niñas de 2 y 3 años divididas en seis grupos, cada uno de los cuales asistió a cuatro talleres semanales impartidos en árabe. Los encuentros incluían una cena y una actividad guiada para los pequeños, lo que permitía hablar con las madres sin distracciones.

Estas nos contaron cómo habían sido sus experiencias previas de lectura en casa. En los talleres, explicamos la importancia de la lectura, compartimos herramientas y consejos y orientamos a las madres mientras leían con sus hijos, además de proporcionarles libros para que se los llevasen a casa.

Los grupos funcionaron bien sobre todo gracias a cuatro factores

En primer lugar, cultivamos la confianza gracias a la implicación personal. Una de las autoras de este artículo, Nasra Shanir, forma parte de la comunidad árabe de Jaffa y trabaja para el municipio de Tel Aviv-Yafo. Como responsable de la iniciativa, se encargó personalmente de convencer a las familias para que participasen, asistiendo a cada taller para crear un sentimiento de comunidad en torno al proyecto.

En segundo lugar, hablamos del programa con el profesorado de enseñanza temprana y le pedimos ayuda para reclutar a las familias. Incluso hubo docentes que asistieron a los talleres en su tiempo libre, algo muy importante, porque las familias árabes de Jaffa suelen respetar mucho a estos profesionales, aunque sus hijos e hijas no vayan a la guardería.

El tercer factor fue el uso de grupos de WhatsApp para compartir comentarios sobre las actividades del proyecto y fotos de las familias leyendo en casa, lo cual contribuyó a crear un sentimiento de comunidad: al ver estas imágenes, más padres y madres se animaban a hacer lo mismo. Tal como dijo un miembro del grupo: «Los mensajes me recordaban que hay otras familias en la misma situación».

Por último, utilizamos mensajes de texto individuales para enviar recordatorios. Con ellos animábamos y felicitábamos a las familias por su esfuerzo, al tiempo que recordábamos consejos como que basta con indicar y describir en voz alta lo que se ve en el libro, sean animales, colores, objetos o personas. Enviábamos los mensajes a la hora a la que los niños y las niñas se suelen ir a la cama.

En palabras de una participante: «Los mensajes motivan y animan, parece que te los han enviado a ti personalmente. Es como si hubiera alguien cerca recordándonos que leamos. Te sientes apoyada»

Los resultados fueron positivos pero decayeron con el tiempo

Prácticamente todas las familias que iniciaron los talleres asistieron a todas las sesiones. Les preguntamos por sus hábitos de lectura antes de la intervención, al final y un mes después de que terminase. Observamos un gran impacto inmediato, pero un mes después los resultados se habían debilitado. De todas formas, ciertos cambios de comportamiento se mantuvieron, lo cual resulta alentador.

“Aunque el taller se dirigía a las madres, en la encuesta observamos un aumento duradero y considerable en la cantidad de familias en las que los padres y los hermanos mayores leían a las niñas y los niños pequeños”.

Por ejemplo, antes del programa solo el 26% de las familias indicó haber leído tres o más veces la semana anterior. Después del programa, se alcanzó un 68%, pero un mes después el índice bajó al 30%, un porcentaje poco superior al inicial. Sin embargo, la cantidad de familias que no habían leído nada durante la última semana pasó del 29% antes del programa al 10% un mes después: el cambio duradero parece ser un aumento en la cantidad de familias que leen al menos una o dos veces a la semana.

Antes de la intervención, cuando preguntamos por el tiempo dedicado a la lectura con los niños y las niñas, solo el 41% de las familias dedicaba más de 5 minutos, y ninguna más de 10. Un mes después del programa, el 56% leía al menos 5 minutos y el 8%, más de 10 minutos.

Un resultado inesperado y muy alentador fue la implicación de más miembros de la familia: aunque el taller se dirigía a las madres, en la encuesta observamos un aumento duradero y considerable en la cantidad de familias en las que los padres y los hermanos mayores leían a las niñas y los niños pequeños. Antes del programa, el 11% de las familias indicó que el padre había leído al hijo o la hija durante la última semana, y el 8%, que lo había hecho un hermano o hermana mayor. Un mes después de la finalización del programa, los porcentajes habían pasado al 34% y el 27% respectivamente.

En palabras de una madre: «Le contaba a mi marido lo que aprendía en el taller. Creo que es bueno hablarlo con la familia». Este resultado en concreto tiene implicaciones sociales más amplias y merece un estudio más a fondo.

Los retos de la sostenibilidad y la escala

Foto: Cortesía de Talia Kadosh/municipio de Tel Aviv-Yafo

En general, consideramos Jaffa Reads un éxito, aunque la encuesta indica que será importante continuar con las actividades para que la lectura se convierta en un hábito.

En nuestra opinión, el resultado más significativo del programa fue que contribuyó a reforzar la confianza entre la comunidad árabe de Jaffa y el gobierno municipal. Los talleres tuvieron una excelente acogida entre las familias, que se mostraron dispuestas a participar en actividades de seguimiento. Por lo tanto, esperamos que se pueda ampliar la escala del proyecto para que se beneficien más niños y niñas de Jaffa. Para quien quiera emprender iniciativas similares en otros lugares, creemos que la clave es trabajar con la comunidad para conocer los obstáculos que afrontan los padres y las madres en cada contexto.

Keren Raz

Keren Raz fue gerente del programa Urban95 en el municipio de Tel Aviv-Yafo. Hasta hace poco, dirigía la colaboración entre el municipio, la Fundación Bernard van Leer y la Fundación Tel Aviv. Anteriormente, había trabajado como consultora estratégica especializada en desarrollo socioeconómico urbano. También ha liderado varias empresas sociales. Tiene un máster en políticas públicas de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Nasra Shanir
Temas Aprendizaje Ciencias del comportamiento Ciudades Crianza Educación Estadísticas Niños

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