Existe un consenso casi absoluto en cuanto a que Kangaroo Mother Care (KMC) es una importante intervención basada en pruebas y de bajo coste destinada a mejorar la salud y las probabilidades de supervivencia de los niños prematuros y de bajo peso al nacer. Esta iniciativa, cuyo nombre alude a la forma en la que las crías de canguro viajan en el bolsillo de su madre, consiste en promover el contacto piel con piel temprano, continuo y prolongado entre el cuidador y el bebé, la alimentación mediante lactancia o leche materna en exclusiva, y un proceso de alta que tenga en cuenta el contexto y ofrezca un seguimiento posterior para el bebé y su familia.
Esta práctica surgió a finales de los años setenta en un hospital colombiano que tenía las incubadoras masificadas. Los médicos animaron a las madres a colocarse a sus bebés prematuros en el pecho y envolverlos para mantenerlos calientes, con tan buen resultado que decidieron publicar su hallazgo. El interés por este tema fue creciendo y, en 1996, un grupo de investigadores de distintos países y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunió en Trieste (Italia) para fundar la red International Kangaroo Care Network (INK).
Se ha demostrado que el contacto piel con piel inmediato beneficia a todos los bebés (Moore y otros, 2016), pero las repercusiones positivas de este contacto temprano, continuo y prolongado (con una media de 18 horas al día) son especialmente intensas en los bebés de bajo peso al nacer. Se incluye en este grupo a los niños que nacen tras menos de 37 semanas de gestación y también a los que tienen un peso inferior al correspondiente a su edad gestacional a pesar de haber nacido más tarde. Este tipo de nacimientos constituye alrededor del 15,5% de todos los que se producen en el mundo, si bien la proporción es incluso mayor en los países de renta media y baja (Beck y otros, 2010; Blencowe y otros, 2013). Estos bebés son mucho más propensos a fallecer poco después del parto o durante su primer año de vida, y los que sobreviven tienen más probabilidades de padecer problemas de salud crónicos, sobre todo déficits sensoriales y discapacidades de desarrollo neurológico (Lawn y otros, 2014). Asimismo, es más probable que estos pequeños muestren signos y síntomas de inestabilidad en distintos aspectos, como los patrones de sueño y alimentación, que aumentan el estrés de los padres. Todo ello, junto con la decepción sufrida al final del embarazo, podría conllevar para los bebés un riesgo de maltrato o abandono por parte de los cuidadores (Bakewell-Sachs y Gennaro, 2004; Frye y otros, 2010; Kugelman y Colin, 2013).
La implantación de la iniciativa KMC es sencilla, ya que no requiere equipamiento médico especializado. No obstante, sí suele exigir un cambio radical en la mentalidad y los procedimientos médicos. Durante las últimas dos décadas, una red cada vez más numerosa y firme de profesionales comprometidos, con el apoyo de la OMS y otras entidades internacionales de gran calado, han contribuido a crear “centros de excelencia” (CoE) de KMC en más de 30 países, así como unidades canguro en miles de hospitales de todo el mundo. En comparación con la mayoría de las intervenciones sanitarias complejas, KMC ya es todo un éxito en cuanto a su implantación en países de renta media y baja.
Sin embargo, teniendo en cuenta la gravedad del problema, el alcance de KMC sigue siendo insuficiente incluso en los países en los que ha cosechado los mejores resultados. Una implantación exhaustiva podría contribuir a evitar 770.000 fallecimientos más de neonatos al año (Howson y otros, 2013; Lawn y otros, 2013b). Entre aquellos que sobreviven, se ha demostrado recientemente que KMC tiene un efecto duradero en su desarrollo físico, social, emocional y cognitivo (Frye y otros, 2010; Charpak y otros, 2017).
En noviembre de 2016, en un taller organizado para celebrar el vigésimo aniversario de KMC, se reunió en Trieste un grupo de profesionales y defensores para reflexionar sobre lo observado en las dos décadas de expansión de KMC y para diseñar una estrategia de impulso. Las investigaciones y los estudios de casos demuestran que la implantación de KMC es más eficaz cuando se realiza de forma integral, estratégica y por fases.
1. Implantación integral: KMC como piedra angular de un paquete de intervenciones
“Las investigaciones y los estudios de casos demuestran que la implantación de KMC es más eficaz cuando se realiza de forma integral, estratégica y por fases.”
Para reducir los riesgos asociados a los partos prematuros y el bajo peso al nacer, no solo hay que proporcionar cuidados eficaces en el momento del nacimiento y durante el periodo neonatal posterior, sino también un seguimiento y un apoyo adecuados durante los primeros dos o tres años de vida del niño. Muchas de las complicaciones que se manifiestan dentro de ese plazo, como deficiencias visuales o auditivas, carencias motrices y discapacidades cognitivas, se pueden prevenir o curar (Charpak y otros, 2017).
Un paquete integral de intervenciones esenciales para los niños de bajo peso al nacer, “KMC and Beyond”, incluiría lo siguiente.
Si valoramos la carga que suponen los años de vida perdidos y los años de vida con discapacidades en contraposición a la eficacia y el bajo coste de las intervenciones, debería ser una prioridad de salud pública de primer orden que los bebés prematuros y de bajo peso al nacer cuenten con estos cuidados integrales continuos.
2. Implantación por fases: aplicación de KMC según la capacidad y el grado de preparación del país
El paquete completo de intervenciones “KMC and Beyond” está fuera del alcance de muchos sistemas sanitarios de países de renta media y baja. Cada país tiene un proceso de evolución natural diferente a la hora de ampliar la cobertura de KMC y complementarla con otras intervenciones clave durante el periodo neonatal, además de un seguimiento adecuado.
Como muestra la figura 1, la estrategia más eficaz para la evolución de KMC consta de tres fases:
3. Implantación estratégica: movilizar a los principales actores en torno a una agenda común
Entre los principales responsables de la expansión de KMC en los últimos 20 años, están los profesionales comprometidos con la causa. En concreto, la Fundación Canguro de Colombia ha formado a cientos de profesionales, que a su vez han logrado instaurar la iniciativa KMC en sus respectivos hospitales.
El grado de diseminación más allá de esas implantaciones iniciales ha variado de forma considerable, ya que para la implantación y expansión correctas, se precisa el compromiso de muchas partes implicadas diferentes. Varios estudios y revisiones sistemáticas ya han determinado qué aspectos del sistema sanitario facilitan la implantación y expansión de KMC y cuáles constituyen un obstáculo (Seidman G. y otros, 2015; Chan y otros, 2016), como por ejemplo:
Con frecuencia, las principales partes implicadas necesarias para la implantación a nivel nacional (ministerios de sanidad, otras instituciones gubernamentales, asociaciones profesionales y otros actores ajenos al ámbito sanitario) no se han involucrado lo suficiente. La falta de sincronía estratégica entre los distintos sectores ha provocado que los esfuerzos por ampliar la cobertura de KMC se hayan topado con impedimentos en los hospitales, así como a escala regional y nacional, a pesar de las importantes pruebas que demuestran la eficacia del método. Para lograr más avances, se precisará una mayor coordinación, así como un liderazgo más firme en los países.
Para acelerar el ritmo y ampliar la cobertura de la iniciativa “KMC and Beyond”, visualizamos tres iniciativas que se refuerzan mutuamente, como se resume en la figura 2:
KMC ha llegado muy lejos en estos 20 años, pero aún quedan millones de bebés prematuros y de bajo peso al nacer en todo el mundo que podrían vivir mucho mejor si encontramos estrategias más eficaces para seguir ampliando la cobertura de esta intervención basada en pruebas y de bajo coste.
Agradecimientos
Tanto Adriano Cattaneo de la red International Kangaroo Care Network como Jenny Rabinowich, Matthew Rehrig y Moitreyee Sinha de Global Development Incubator colaboraron en una nota conceptual previa de la que se deriva este artículo. Grand Challenges Canada ha financiado la iniciativa.
Las referencias bibliográficas aparencen en la versión PDF del artículo..
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