Los efectos del cambio climático en los embarazos y la primera infancia de un pueblo indígena de Kenia
Pastos baldíos, ganado enfermo y escasez de leche materna vuelven más precaria la vida de las madres y los niños pequeños
Pastos baldíos, ganado enfermo y escasez de leche materna vuelven más precaria la vida de las madres y los niños pequeños
En las comunidades maasai del condado de Laikipia (norte de Kenia), por lo general las madres han disfrutado de una especie de permiso de maternidad (varios meses sin dedicarse a las tareas domésticas ni al cuidado del ganado, para poder concentrarse en el bienestar de las recién nacidas y en su propia recuperación tras el parto). Pero esta tradición se está siguiendo cada vez menos: un ejemplo significativo del modo en que el cambio climático afecta a las madres indígenas y a sus bebés.
Para conocer más a fondo la situación, pedimos a nuestra contraparte IMPACT Kenya (Indigenous Movement for Peace Advancement and Conflict Transformation) que entrevistase a 15 miembros del Grupo de Mujeres Naatum de Laikipia. Estas mujeres contaron cómo la vida se ha vuelto mucho más precaria debido a los cambios en los patrones meteorológicos, que afectan en gran medida y de formas sorprendentes a la salud y al bienestar de sus hijos pequeños y de ellas mismas.
‘El cambio climático conlleva
riesgos especialmente altos
para las mujeres indígenas de
todo el mundo.’
Los maasai miden su riqueza según la cantidad de vacas, cabras y ovejas que tengan, y su alimentación se basa casi exclusivamente en carne cruda, leche cruda y sangre fresca de los animales. El cambio climático está poniendo en peligro la sostenibilidad de esta dieta y este tipo de economía. Los pastos cada vez son más escasos, dispersos e imprevisibles debido a la sequía. Los animales se han debilitado porque tienen que desplazarse más para conseguir comida, y algunos enferman o mueren por el calor.
Tradicionalmente, se daba prioridad a las madres lactantes en el acceso a la sangre fresca de animales, para garantizar que se alimentasen lo suficiente. Además, las mujeres que dan el pecho suelen recurrir a hierbas y otras sustancias de la medicina tradicional, que ahora escasean debido al cambio climático. Todas estas circunstancias están dificultando tanto la recuperación tras el embarazo como las primeras semanas y meses de vida de los niños y las niñas, que son cruciales. Como dijo una de las entrevistadas:
«Antes las familias estaban más separadas unas de otras y los recursos disponibles eran suficientes. Ahora somos muchos y ejercemos una gran presión sobre el entorno. Los pastos no bastan, y el exceso de pastoreo está degradando la tierra y el medio ambiente. La sequía hace que aumenten las muertes de animales, con lo que muchas familias caen en la pobreza y la desesperación.»
Según las entrevistadas, la escasez de recursos hace que las mujeres del pueblo ahora tengan que seguir realizando tareas domésticas pesadas hasta el último trimestre del embarazo. Debido a la inseguridad alimentaria, corren un alto riesgo de padecer deficiencias durante el embarazo y la lactancia, un periodo en el que aumentan las necesidades nutricionales. Las niñas pequeñas, por su parte, cada vez sufren más diarreas y otros problemas de salud debido a la falta de agua potable a una distancia que se pueda recorrer fácilmente a pie y a la difusión cada vez mayor de las enfermedades de transmisión hídrica.
Según las entrevistadas, ahora en Laikipia son habituales los partos prematuros y los casos de bajo peso al nacer. Debido a la mala nutrición, las mujeres ya no tienen suficiente leche materna y la poca que producen las vacas se vende o se intercambia en el mercado en lugar de dársela a los niños pequeños, con lo que aumenta su riesgo de malnutrición. Y como cada vez se necesita más que las madres contribuyan a los ingresos familiares, ellas tienen menos tiempo para ocuparse de sus hijas.
Las madres de Laikipia no están solas, ni mucho menos. Sin embargo, aunque el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas (UNPFII) ha señalado que el cambio climático hace que las mujeres indígenas de todo el mundo corran un riesgo especialmente alto de ver vulnerado su derecho a la vida, la alimentación, el agua y la salud, hasta la fecha se ha prestado menos atención a la relación entre la justicia climática y las vidas de las madres y los niños pequeños.
En el Global Greengrants Fund, hemos ido descubriendo a lo largo de la última década esta conexión entre el género y el cambio climático mediante nuestra colaboración con la Global Alliance for Green and Gender Action, que nos ha ayudado a ver el liderazgo de las mujeres indígenas a la hora de abordar el impacto del cambio climático y la degradación medioambiental, así como a comprender por qué deben diseñar, implantar y ampliar sus propias soluciones.
Las mujeres y las niñas indígenas se sitúan en primera línea en la adaptación medioambiental, en parte porque, según los roles de género definidos por la sociedad, se les suele asignar la tarea de garantizar el bienestar físico, económico y cultural de sus comunidades. Como se las considera responsables de ir a recoger agua y gestionar los recursos naturales de la tierra, sufren de forma desproporcionada los efectos de la degradación del medio ambiente, que daña dichos recursos.
Otra consecuencia es que el liderazgo de las mujeres resulta crucial para proteger estos recursos. El Global Greengrants Fund ayuda a las comunidades indígenas y a quienes están en contacto directo con ellas a responder a la emergencia climática. Por ejemplo, nosotros hemos financiado al Grupo de mujeres Naatum para construir hogares resilientes que permitan adaptarse al cambio climático, mediante la mejora de la gestión de los recursos naturales y la búsqueda de formas de sustento alternativas para las mujeres. Así, han empezado a generar ingresos mediante actividades colectivas como la apicultura, las asociaciones de ahorro y préstamo, el cultivo de hortalizas y la bisutería.
Se trata de actividades ecológicas que generan bajas emisiones de carbono y mejoran las oportunidades económicas y la seguridad alimentaria de las madres y sus hijos pequeños durante sus primeros años de vida. Sin embargo, aún son muy preocupantes los efectos a largo plazo en el desarrollo de los niños y las niñas pequeñas de estas comunidades indígenas y de todo el mundo. Tenemos que dar prioridad a la coordinación de la agenda del cambio climático con la de la infancia, el conocimiento de las interrelaciones entre ambas y la defensa de cada una de ellas con más fuerza que nunca.
Para un fondo de financiación como el nuestro, es imprescindible adoptar un enfoque transversal que incorpore las cuestiones del género, la edad, la discapacidad y la indigeneidad. Cuando tengamos una idea más clara del modo en que se interrelacionan las distintas fases de la vida y el cambio climático, podremos responder de forma más holística a las dificultades que afrontan las mujeres indígenas, sus hijos e hijas y sus comunidades.
See how we use your personal data by reading our privacy statement.
Esta información ser recaba con la única finalidad de realizar análisis. No será utilizada para envíos de correos electrónicos al menos que usted lo requiera expresamente.
See how we use your personal data by reading our privacy statement.