El capital cognitivo como clave para un futuro mejor: China prueba programas comunitarios en favor de la primera infancia

  • 18 junio 2019
  • 6 minutos de lectura

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  • La urbanización y la migración interna son algunos de los retos que afrontan los niños pequeños de la China rural.
  • Unicef y ACWF han probado con éxito un modelo de centro comunitario para la primera infancia.
  • Dos provincias se han comprometido a ampliar la escala del modelo, esperando llegar a todo el país.
Foto: Unicef. Centro de desarrollo infantil en el pueblo de Aijia (Hubei), China, 2016

En los últimos años, el gobierno de China ha contraído importantes compromisos políticos y financieros orientados a preparar a los niños de entre 3 y 6 años para la escuela, especialmente en las zonas rurales. Sin embargo, se ha prestado menos atención a la mejora y ampliación de los programas de estimulación temprana, cuidados y apoyo destinados a los menores de 3 años. Según estudios recientes, en torno a 6,6 millones de chinos de 3 y 4 años tienen un escaso desarrollo cognitivo o socioemocional, lo que revela que no se está ofreciendo a los pequeños los cuidados y la estimulación que necesitan desde su más tierna edad (McCoy y otros, 2016).

En las zonas rurales y aisladas, hay pocos servicios para los menores de tres años, aparte de la atención sanitaria primaria; en las urbanas, los centros privados para la primera infancia suelen tener costes que la población pobre o emigrante no se puede permitir. Además, en dichos centros suele escasear el material específico para la estimulación y el cuidado de los más pequeños, y por lo general los cuidadores carecen de un buen nivel de formación y conocimientos sobre el desarrollo infantil. No existen directrices políticas ni estándares aprobados en lo que se refiere a los servicios para la primera infancia.

La rapidez de la urbanización y la industrialización, junto con la migración interna masiva, siguen planteando dificultades para la supervivencia, el desarrollo y la protección de los niños vulnerables y desfavorecidos, como los hijos de quienes emigran por trabajo, que se trasladan con sus padres a la ciudad o bien se quedan en su lugar de origen con otros familiares, y los niños de minorías étnicas que viven en las provincias rurales occidentales. Estas dificultades se agravan debido a que no se informa ni orienta lo suficiente a los padres y otros cuidadores sobre la importancia del desarrollo socioemocional y de las competencias “no técnicas” para el posterior éxito en la educación, pues no basta con aprender a contar o a reconocer caracteres desde una edad muy temprana.

El programa piloto

Desde 2013 Unicef, en colaboración con la Federación de Mujeres de China (ACWF), ha probado un programa comunitario para niños vulnerables de hasta 3 años en 146 pueblos o comunidades de seis provincias chinas: Hunan, Hubei, Hebei, Xinjiang, Shanxi y Guizhou. En diciembre de 2018 se había llegado a un total de 38.528 niños y 46.063 cuidadores, y se había formado a 304 voluntarios para prestar servicios en los centros comunitarios de desarrollo infantil.

El objetivo del proyecto piloto es mostrar a los gobiernos un modelo detallado de servicios integrales para la primera infancia presupuestado y en funcionamiento, con un marco político global que conecte los distintos programas con sus correspondientes asignaciones económicas. El programa apuesta por reforzar las interacciones padre–hijo y el cuidado cariñoso y sensible mediante:

  • la formación de equipos de expertos nacionales y provinciales para la creación de programas comunitarios destinados a niños de hasta 3 años, con grupos de trabajo preliminares establecidos a nivel local para los servicios integrales
  • la mejora de los conocimientos y las competencias de mujeres voluntarias y profesionales en cuestiones de desarrollo infantil
  • la integración y el aprovechamiento de recursos de la comunidad para formar un modelo de servicios integrales a nivel comunitario
  • la creación de material informativo e instrumentos accesibles para favorecer la concienciación de los cuidadores sobre lo que necesitan los niños pequeños para desarrollarse
  • la actividad de defensa para lograr que se replique el modelo.

“Los centros están conectados con los centros sanitarios locales, así como con los servicios de protección infantil y bienestar social, que pueden derivar hacia otros servicios.”

Lo primero que se hizo fue crear un centro en un espacio proporcionado por la comunidad al que pudieran acudir los niños con quienes los cuidan (que suelen ser los abuelos, pues muchas veces los padres han emigrado por motivos de trabajo). Las instalaciones se abren cinco días a la semana gracias a la colaboración de educadores voluntarios de la comunidad debidamente formados (uno de ellos contratado a tiempo completo) para ofrecer un entorno estimulante y material para jugar. En los centros se organizan sesiones de grupo para los cuidadores y los niños, así como actividades educativas sobre crianza. Están conectados con los centros sanitarios locales, así como con los servicios de protección infantil y bienestar social, de modo que cuando un niño parece sufrir retrasos en el desarrollo o una familia necesita asistencia social, se deriva a quien corresponda.

Una serie de voluntarios realizan visitas domiciliarias una vez a la semana para ofrecer servicios individualizados a las familias con necesidades especiales y, en los pueblos que carecen de un centro propiamente dicho, ayudan a crear grupos de juego en las casas.

Durante el programa piloto se crearon recursos y material para facilitar la implantación: paquetes de formación para los voluntarios, profesores y gestores; material didáctico para una aplicación móvil y un portal sobre crianza; material didáctico y lúdico contextual, junto con lecturas para niños; e instrumentos prácticos y orientaciones estándar para mejorar las instalaciones y el entorno físico de los centros de enseñanza preescolar, entre otros lugares destinados a los pequeños.

Asimismo, se llevaron a cabo varias iniciativas de capacitación para reforzar la gestión, coordinación y prestación de servicios integrales destinados a los niños de hasta 3 años. Entre los destinatarios de la formación, se encuentran los voluntarios de los centros infantiles, los padres y cuidadores, los proveedores de servicios sanitarios y de bienestar infantil, y los líderes de las comunidades incluidas en la fase piloto del programa. Las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con niños pequeños en los condados de la fase piloto recibieron ayuda para mejorar sus conocimientos y competencias sobre el desarrollo infantil. El programa también contó con personal de apoyo técnico de mayor nivel (como los creadores de recursos, formadores e investigadores) para garantizar que se implantase con una buena calidad y que se realizasen de forma eficaz las tareas de defensa y ampliación de la escala.

Resultados y conclusiones

En 2016 se realizó una evaluación en dos de las provincias incluidas en la fase piloto, Shanxi y Guizhou, donde ACWF implantó el programa junto con la Comisión de Planificación Familiar y Salud Nacional y el Ministerio de Asuntos Civiles. Un estudio que abarcaba 80 pueblos reveló que el porcentaje de menores de 3 años con posibles retrasos de desarrollo prácticamente se redujo a la mitad entre 2012 y 2016: pasó aproximadamente del 37% al 1 9% (Zhou y otros, 2019).

Según otra evaluación (Unicef, 2017) de 60 comunidades de otras tres provincias de la fase piloto (Hunan, Hubei y Hebei), el 93% de los cuidado res habían empezado a hablar más sobre la crianza en el seno familiar, el 91% se sentían más felices desde la puesta en marcha del proyecto, y el 90% pasaban más tiempo con los niños. Asimismo, se constató que el programa había mejorado los conocimientos profesionales y la actitud de los voluntarios y trabajadores.

El enfoque integral de las intervenciones de cuidado cariñoso y sensible ha tenido una buena acogida entre los padres de las comunidades y los gobiernos locales, como demuestra la voluntad de colaborar por una mejor integración de la prestación de servicios. En Hunan, la Federación de Mujeres provincial, junto con los departamentos de educación, sanidad y otros nueve sectores, incluyó el modelo en su plan de acción quinquenal (2016–2020), que exige explícitamente a la provincia “estudiar la creación de un modelo de apoyo a la s familias para favorecer el desarrollo de los niños de hasta 3 años”.

Según los informes de ACWF, desde diciembre de 2018 los gobiernos provinciales de Hunan y Hebei se han comprometido a financiar por completo los centros de desarrollo de la primera infancia creados mediante el proyecto de ACWF y Unicef una vez finalizado el ciclo de financiación. La intención es ampliar paulatinamente este apoyo en los próximos años para que llegue a todas las comunidades. El compromiso también abarca la formación de equipos de expertos provinciales que brindarán apoyo técnico in situ periódicamente. Dado el éxito de esta fase piloto, Unicef y sus contrapartes nacionales han acordado colaborar para desarrollar un conjunto de profesionales que trabajen en primera línea con los niños pequeños y para ampliar el modelo a escala nacional.

Las referencias bibliográficas aparencen en la versión PDF del artículo.

Xuefeng Chen Especialista en educación, Unicef China, Pekín, China
Qi Zhao Responsable de educación, Unicef China, Pekín, China
Temas Aprendizaje Crianza Servicios integrales

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