Por qué necesitamos más enfoques conductuales que se centren en los padres

Formas de implicar a los hombres cuidadores, según las conclusiones de estudios realizados en Uganda y Vietnam

  • 28 marzo 2023
  • 5 minutos de lectura
Foto: Cortesía de MelvinDyson (mediante iStock)

Durante las últimas décadas, ha ido aumentando el reconocimiento global e intersectorial de la importancia de abordar los comportamientos de los hombres cuidadores y de implicarlos en las intervenciones de cuidado cariñoso y sensible destinadas a la primera infancia. Los padres pueden fomentar el desarrollo saludable de las niñas y niños pequeños si adoptan comportamientos de cuidado como las interacciones receptivas con sus hijos (por ejemplo, jugar, darles de comer y adoptar formas de disciplina no violenta) y las relaciones de pareja positivas (Cabrera y otros, 2018). 

Sin embargo, la inmensa mayoría de las intervenciones destinadas a la primera infancia se centran únicamente en las madres (Panter-Brick y otros, 2014). Hay pocos estudios sobre cómo diseñar e implementar programas que lleguen a los cuidadores masculinos, los involucren y los ayuden.

El grado de implicación de los padres en la crianza de sus hijos o hijas durante la primera infancia depende de numerosos factores, como su conocimiento de las cuestiones relacionadas con el cuidado infantil, su satisfacción con la relación de pareja, su salud mental, su estado socioeconómico y su actitud en materia de género (Jeong y otros, 2018). En diversos contextos culturales, las normas sociales están cambiando: cada vez hay más hombres que cohabitan con su pareja y sus hijos, y la implicación del padre en el cuidado infantil está más aceptada que nunca (Kato-Wallace y otros, 2014; Martin y Zulaika, 2016). Esto pone de manifiesto el potencial que existe en la actualidad para implicar a los hombres de todo el mundo en los programas de cuidado cariñoso y sensible.

“La implicación del padre en el cuidado infantil está más aceptada que nunca”.

Mi equipo de la Universidad de Harvard ha realizado una revisión sistemática de una serie de intervenciones sociales y conductuales que involucran a los hombres cuidadores en la mejora del cuidado cariñoso y sensible desde el nacimiento hasta los 5 años de edad en países de ingresos medios y bajos. Queríamos descubrir qué enfoques eran eficaces y qué factores facilitaban o dificultaban la implicación de los hombres cuidadores, así como detectar lagunas en los estudios realizados para saber dónde convenía centrar la Investigación en el futuro. En nuestro estudio, que en este momento se encuentra en la fase de evaluación por pares previa a su publicación 1, encontramos 33 intervenciones que cumplían nuestros criterios de inclusión. La mayoría de ellas invitaban a los padres a participar junto con sus parejas en programas comunitarios que se centraban en la nutrición y la salud infantiles.

La mayoría de estas 33 intervenciones solo utilizaban unas pocas técnicas básicas pensadas para cambiar los comportamientos paternos (principalmente asesoramiento o difusión de información) y estas tenían una eficacia limitada, en parte debido a la escasa asistencia de los padres a los programas. Sin embargo, sí que encontramos algunos ejemplos dignos de mención. A continuación, destacamos dos, que han utilizado con creatividad una serie de técnicas de cambios de comportamiento para implicar y ayudar a los hombres cuidadores.

Ejemplos positivos de Uganda y Vietnam

El programa REAL Fathers, implementado en el norte de Uganda y consistente en 12 sesiones de mentoría a cargo de padres voluntarios, se diseñó para reducir el maltrato infantil y la violencia en la relación de pareja (Ashburn y otros, 2017). Combinaba reuniones individuales y sesiones grupales con otros padres para fomentar las interacciones sociales y el apoyo entre los hombres. 2 Asimismo, para estimular el apoyo familiar, se implicó a las parejas de los participantes, que asistieron con ellos a dos sesiones individuales y una grupal.

Durante las sesiones, los mentores mostraban estrategias para evitar la violencia, como el sistema de la «tarjeta amarilla» para interrumpir las discusiones de pareja cuando parecía probable que se llegase a la violencia. Las parejas practicaban este sistema durante las sesiones de mentoría. Al final de cada sesión, se proponían a los padres otras competencias para probar en casa y, en el siguiente encuentro, se hablaba del progreso logrado.

En este programa también se utilizó material impreso para dar una mayor difusión a los mensajes. Por ejemplo, en una serie de lugares frecuentados por padres jóvenes, se colocaron pósteres con imágenes de hombres dedicándose a actividades relacionadas con la crianza. Al final del programa, se celebró una «fiesta comunitaria» con las parejas y las familias de los padres participantes, en la que estos se fijaron objetivos para aplicar lo aprendido y mantener los nuevos comportamientos a largo plazo.

En otro programa para padres implementado en Vietnam, se formó al personal médico para realizar sesiones grupales de asesoramiento en los centros de salud y llevar a cabo visitas a domicilio durante los primeros meses después del nacimiento. 3 El objetivo del asesoramiento era ayudar a los padres a entablar interacciones receptivas con sus hijos o hijas, apoyar a sus parejas durante la lactancia materna y afrontar la crianza como un trabajo en equipo (Rempel y otros, 2017).

Los profesionales de la salud también mostraron a los padres cómo prestar atención a sus bebés, hablarles, reconocer sus señales y participar en actividades como el cambio del pañal. Se entregó a los participantes del programa un calendario con sugerencias para interactuar con los pequeños en las distintas fases de su desarrollo. Se colocaron pósteres que destacaban la importancia de la participación paterna en el cuidado infantil y cada semana se emitía por altavoces un mensaje de diez minutos para animar a los padres a participar.

Mediante un grupo de Facebook, se organizaron «clubes de padres» con encuentros periódicos en la comunidad, a los que se invitaba no solo a los padres, sino también a líderes comunitarios, para hablar de las dificultades existentes y los éxitos logrados, y para fomentar el apoyo mutuo. El programa terminó con una serie de «concursos de paternidad», en los que los hombres mostraron ante su comunidad las competencias aprendidas.

Dos oportunidades para futuros estudios

Además de estos ejemplos alentadores, también hemos descubierto dos estrategias en concreto que se han utilizado en pocas ocasiones con los padres y que merecen ser estudiadas para comprobar su eficacia. La primera es dar la oportunidad a los padres de interactuar con sus hijos o hijas durante las sesiones, para que el personal facilitador los oriente y haga comentarios sobre sus comportamientos, un sistema que ha demostrado surtir efecto con las madres (Aboud y Yousafzai, 2015).

“Cada vez se reconoce más la importancia de implicar a los hombres en los programas de cuidado cariñoso y sensible”.

Otro sistema que se ha utilizado poco con los padres y que ya había demostrado su eficacia con las madres es el uso de mensajes de texto o de vídeo (Obasola y otros, 2015). La incorporación de la tecnología tiene un gran potencial para llegar a los padres, ya que la asistencia a encuentros presenciales suele plantear problemas en los programas orientados a fomentar la implicación masculina. Cada vez se reconoce más la importancia de implicar a los hombres en los programas de cuidado cariñoso y sensible (Plan International y Promundo, 2021; Organización Mundial de la Salud, 2015). Esperamos que quienes diseñan estas iniciativas incorporen y perfeccionen cada vez más las estrategias de cambios de comportamiento para maximizar el interés y la implicación de los hombres, así como los efectos en sus hábitos de cuidado familiar e infantil.

Todas las referencias se encuentran en la versión PDF de este artículo.

1 Más información sobre esta revisión sistemática en el registro de Prospero, en el sitio web del National Institute for Health Research del Reino Unido: https://www.crd.york.ac.uk/prospero/display_record.php?RecordID=310288

2 Más información sobre el programa de mentoría REAL Fathers de Uganda en: https://www.usaid.gov/global-health/health-areas/family-planning/fathers-can-prevent-violence-too-lessons-real-fathers

3 En el blog Family Included hay un artículo sobre el proyecto: https://familyincluded.com/fathers-bond-child-development-breastfeeding-vietnam/

Joshua Jeong

Joshua Jeong es científico del desarrollo e investigador asociado en la Harvard T.H. Chan School of Public Health. Se especializa en la función de cuidadores de los hombres como padres y parejas para fomentar el desarrollo de la primera infancia en los países de ingresos medios y bajos, con especial hincapié en el diseño de las intervenciones y la investigación sobre las implementaciones.

Temas Ciencias del comportamiento Crianza Niños

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